
- una pierna,
- la punta del tajo bajo o falda
- y las costillas sin palo (de riñonada)
La pierna está especialmente indicada para asar al horno. Es un asado suntuoso para fiestas señaladas y mesas numerosas. Por eso te la presentamos entera simplemente marcada para esta preparación. Tu asado combinará perfectamente con frutos secos (pasas, almendras ...), tubérculos (patatas, zanahorias …) y hierbas aromáticas de todo tipo: Albahaca, tomillo, romero, salvia, estragón, menta. El ajo, el limón o la mostaza también son parte de estos condimentos que enriquecen el sabor de la carne sin enmascarar su sabor.
Junto a la pierna, incorpora a tu asado la punta del tajo bajo, que tiene un sabor pronunciado y muy sabroso.
Las costillas, que cuentan con una hermosa porción de carne delicada y rodeada de un poco de grasa, pueden también incorporarse al asado o si lo prefieres, puedes cocinarlas asadas o fritas.
Te recordamos que la grasa de cordero tiende a endurecerse muy rápidamente al enfriarse y por ello debe servirse caliente.
El masito ecológico es un cordero de más de 8 meses de edad y castrado con más de 4 meses. Proviene de razas rústicas y se ha alimentado en praderas y cereales y leguminosas de producción 100% ecológica. Las canales son de más de 20 kg y tienen un mínimo de 10 días de maduración. Su textura es tierna, jugosa y estructurada, su sabor equilibrado pero intenso. El grano apretado de la carne y la blancura de su grasa son indicativos de una carne tierna y sabrosa.
Conservar a ≤ 4º C
Cocinar antes de su consumo
Información nutricional por 100 g
- Valor energético 151 kcal 632 kj
- Grasa 11,8 g de las cuales saturadas 5 g
- Hidratos de carbono 0 g de los cuales azúcar 0 g
- Proteínas 11,13 g
- Sal 0 g
Esta pieza proviene de Masito de Montearagón. En este enlace encontrarás toda la información acerca de su manejo.
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.