
- una espalda o paletilla
- medio cuello
- tajo bajo o falda
- 13 costillas de palo
La espalda o paletilla es la pieza ubicada en la parte delantera del animal, en la parte superior de las patas. Es una pieza excelente y particularmente suave cuya preparación estrella es el asado entero y con hueso, lo que le dará un sabor inimitable. Tu asado combinará perfectamente con frutos secos (pasas, almendras ...), tubérculos (patatas, zanahorias …) y hierbas aromáticas de todo tipo: Albahaca, tomillo, romero, salvia, estragón, menta. El ajo, el limón o la mostaza también son parte de estos condimentos que enriquecen el sabor de la carne sin enmascarar su sabor.
El cuello es una pieza carnosa y sabrosa que contiene bastante hueso. Es un corte lleno de sabor y también muy indicado para asar al horno. También resulta ideal para cocinar a fuego lento durante largo tiempo: entones la carne se pone tierna y el cartílago que contiene se derrite lentamente para formar una salsa deliciosa. Contiene menos grasa que el tajo bajo o falda, por lo que permite preparar deliciosos platos como tajine, un cuscús o un buen estofado a los que aporta sabor y suavidad. Estará delicioso con patatas, legumbres o verduras.
Cortado en chuletitas es ideal para asar en una plancha o a la parrilla, tal cual, o previamente marinado durante unas horas en una mezcla de aceite de oliva y hierbas aromáticas.
El tajo bajo o falda está formada por los músculos del abdomen en la parte inferior del cordero es decir, la parte ventral. En esta pieza encontramos huesos y cartílagos que le dan un sabor pronunciado y sabroso.
Estará delicioso asado entero a la barbacoa bien sazonado con especias y acompañado de tu mejor salsa o en el horno con patatas resultará intenso y gustoso, pues la grasa que contiene se irá deshaciendo mejorando el sabor de las patatas. La piel quedará dorada y crujiente: ¡irresistible!.
Además de hacerlo entero al horno, puedes guisarlo a pedacitos porque esta carne tan gustosa es ideal también para tus guisos de invierno con patatas y espárragos o en caldereta.
Las 13 costillas de palo o chuletas que lo completan contienen bastante carne en la “noisette”, la parte central, que está rodeada por un poco de grasa. El palo va cubierto con una deliciosa carne veteada y sobre esta también una ligera tira de grasa. Esta fina capas de grasa perfuma y nutre la carne cuando se cocina.
Al contar con el hueso, son deliciosas a la parrilla pero también fritas o al horno. Basta cocinarlas de 2 a 4 minutos por cada lado para que se doren y todos sus jugos se mantengan en el interior.
Estas costillas serán las protagonistas de una barbacoa irresistible. Fritas también son particularmente sabrosas. Como acompañamiento sugerimos la simplicidad de unas patatas que maridan estupendamente con los aromas del cordero.
Si lo prefieres puedes incorporar también estas costillas al asado.
Te recordamos que la grasa de cordero tiende a endurecerse muy rápidamente al enfriarse y por ello debe servirse caliente.
El masito ecológico es un cordero de más de 8 meses de edad y castrado con más de 4 meses. Proviene de razas rústicas y se ha alimentado en praderas y cereales y leguminosas de producción 100% ecológica. Las canales son de más de 20 kg y tienen un mínimo de 10 días de maduración. Su textura es tierna, jugosa y estructurada, su sabor equilibrado pero intenso. El grano apretado de la carne y la blancura de su grasa son indicativos de una carne tierna y sabrosa.
Conservar a ≤ 4º C
Cocinar antes de su consumo
Información nutricional por 100 g
- Valor energético 151 kcal 632 kj
- Grasa 11,8 g de las cuales saturadas 5 g
- Hidratos de carbono 0 g de los cuales azúcar 0 g
- Proteínas 11,13 g
- Sal 0 g
Esta pieza proviene de Masito de Montearagón. En este enlace encontrarás toda la información acerca de su manejo.
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.