
Te presentamos huesos de rodilla de nuestras terneras Premium de un peso aproximado de 500 gramos envasados al vacío.
Estos huesos se presentan sin carne, pero están recubiertos de un resistente cartílago que, con una cocción lenta y prolongada, se transforma en una gelatina de textura exquisita. Solo necesitas tiempo y paciencia para que liberen toda su riqueza, sin necesidad de remover ni voltearlos durante la preparación.
La cocina popular aprecia desde hace siglos las bondades del caldo gelatinoso que se obtenía al cocinar estos huesos. Las investigaciones actuales respaldan este conocimiento tradicional, confirmando que el caldo resultante es una fuente inigualable de nutrientes esenciales como calcio, magnesio, fósforo, silicio, azufre y oligoelementos.
Además, durante la cocción, el cartílago se disuelve y libera compuestos beneficiosos como el sulfato de condroitina y la glucosamina, conocidos por sus propiedades para aliviar dolores articulares y mejorar la salud de las articulaciones. Este caldo también aporta proteínas de alta calidad, colágeno y glicina, un aminoácido que favorece la regeneración celular y la digestión.
El consumo regular de este caldo puede mejorar la salud de la piel, el cabello y las uñas, fortalecer los tendones y ligamentos, y aliviar dolores musculares o provocados por la artritis. Y como complemento a sus beneficios para la salud, ofrece un sabor profundo, una textura reconfortante y un calor ideal para los días más fríos.
Conservar a ≤ 4º C
Cocinar antes de su consumo
Peso neto aproximado: 500 g
Vacuno nacido, engordado, sacrificado y despiece en España
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.