
Te presentamos un tomahawk de ternera Angus de 1,250 kg aproximadamente envasado al vacío.
Se corta a mano con el grosor del hueso de la costilla. En consecuencia, tiene aproximadamente y como mínimo 5 cm de grosor y un peso de aproximadamente 1,25 kg.
El tomahawk es esencialmente un chuletón de ternera con al menos 12 centímetros de costilla limpia. El hueso extralargo se recorta a la francesa, limpiándolo de carne y grasa, del mismo modo en que se preparan en Francia los costillares de cordero. De hecho "frenching" es un término que en inglés designa la técnica para recortar el hueso dándole la apariencia de un mango.
Esta técnica de corte le da a esta chuleta un sabor característico y un aspecto único y muy llamativo, asemejándolo a un “Tomahawk”, un hacha de guerra de los nativos americanos. De ahí su nombre.
Esta chuleta se extrae del lomo alto, de los músculos más próximos al cráneo (longissimus dorsi) que se extienden a ambos lados de la columna. Estos músculos apenas trabajan, por lo que el corte resulta exquisitamente tierno y suave.
Con su interesante forma y su gran tamaño, si quieres impresionar a tus invitados esta es la elección perfecta. Procede de terneras de pura raza Black Angus de un año aproximadamente, cuya carne se caracteriza por la grasa infiltrada, que le proporciona una extraordinaria jugosidad y un sabor muy suculento. Las canales se han sometido a un proceso de maduración de como mínimo 15 días, que suaviza su textura y mejora su sabor.
Si tienes un corte de carne como este, debes hacer todo lo posible para asegurarte de que el resultado final en tu plato es perfecto. Para cocinar tu tomahawk te recomendamos una parrilla, pues este es el mejor método, aunque debido a su gran tamaño, algunas personas prefieren el horno.
Antes de comenzar, deja que la carne alcance la temperatura ambiente para que se cocine de manera uniforme. Si lo has congelado, colócalo en el refrigerador con 1 ó 2 días de anticipación para que se descongele poco a poco.
Cuando la parrilla esté lista para recibir tu chuleta, con juego muy fuerte, justo en ese momento, sazónalo generosamente con sal cubriendo todos los lados.
Dale la vuelta a la carne por todos los lados y extremos.
Ahora llega la parte más difícil: una vez asado, tienes que sentarte y mirar esta chuleta durante unos 10 minutos antes de cortarla. Al dejarla reposar, le das al calor del hueso el tiempo suficiente para esparcirse por la carne, lo que mejorará su sabor y obtendrás en boca una sensación característica.
Corta la carne en dirección perpendicular a su fibra con el grosor deseado y disfruta esta feliz experiencia.
Te recomendamos un vino con cuerpo y moderadamente robusto como un Cabernet Sauvignon. Si prefieres un tinto más ligero y suave prueba con un Pinot Noir o un buen Malbec.
Conservar a ≤ 8º C
Cocinar antes de su consumo
Información nutricional por 100 g
- Valor energético 256 kcal ·1071 kj
- Grasa 21 g de las cuales saturadas 8,51 g
- Hidratos de carbono 0 g de los cuales azúcar 0 g
- Proteínas 16,7 g
- Sal 0 g
Ganado vacuno nacido, engordado, sacrificado y despiece en España.
Carne Angus 100% , sin antibióticos, estimulantes del crecimiento, subproductos animales u hormonas.
Madurado en húmedo durante más de 21 días para una mayor jugosidad, textura, terneza y sabor.
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.