Te presentamos un cabrito lechal de un peso aproximado de 5 a 6 kilos envasado al vacío. Se vende por unidad y su peso puede variar. Puedes elegir diferentes presentaciones.
- Entero envasado
- En cuartos envasados individualmente
- Todo marcado para asar al horno, excepto las costillas cortadas
- Paletilla y pierna para horno y el resto a filetes
- Todo troceado para guiso, excepto las costillas cortadas
Nuestros cabritos lechales criados en el monte de Gistaín (Pirineo de Huesca) son todo un manjar, uno de los platos estrella para comidas y cenas especiales. Se sacrifican cuando tienen entre 40 y 50 días y hasta entonces solo se han alimentado con leche materna (cabrito lechal). Esta alimentación es lo que da a su carne su extraordinaria delicadeza y suavidad.
Su carne de color rosado pálido, es tierna y jugosa. Tiene muy poca grasa de color blanco nacarado (más del 35% de la cual es ácido oleico) y la que tiene es muy fácil de eliminar si se desea, pero es necesario poner atención a la hora de cocinarlo para que no se pase de cocción, pues debido a esa escasa grasa intramuscular, podría secarse.
Pese a ser una carne muy magra tienen una textura y un sabor espectacular y a la vez muy delicado.
Su elaboración no está reservada a unas pocas manos expertas... Al contrario, la carne de cabrito es muy fácil de preparar... Pero en cualquier caso te recomendamos preparaciones sencillas para no enmascarar la delicadeza de esta carne.
La preparación más habitual es asado al horno con una guarnición de patatas y verduras. Con miel y romero acompañado de un buen y aromático vino blanco resultará original y exquisito.
La espalda deshuesada y rellena es una alternativa más elaborada y festiva para brillar en ocasiones especiales.
Puede cocinarse guisado con una deliciosa salsa. El cuello, rico en hueso y cartílago es la pieza ideal para preparar una suave caldereta a la que se pueden añadir el tajo bajo, la paletilla y el resto de piezas cortadas a trocitos.
También se puede hacer a la plancha; las 13 costillas se pueden asar o freír rápidamente. El tajo bajo queda excelente, ligeramente marinado con aceite y especias y asado a la parrilla.
El cabrito es una buena fuente de proteínas de calidad, minerales y vitaminas. Destacan el hierro, de alta biodisponibilidad, el fósforo y el potasio y, entre las vitaminas, la tiamina, la riboflavina, la niacina, la B6 y la B12.
Información nutricional por 100 g
- Valor energético 113
- Grasa 4 g de las cuales saturadas 1,7 g
- Hidratos de carbono 0 g de los cuales azúcar 0 g
- Proteínas 19,3 g
- Sal 0 g
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.