Haga su pedido online o por teléfono TeléfonoWhatsapp   +(34) 974 500 700

Envío GRATIS en España Península para pedidos superiores a 100€

Carrito de compra

Sesitos de cordero eco 250 g

€4,50

Disponibilidad:
Sin stock
Te presentamos una bandeja de sesitos de cordero ecológico de un peso aproximado de 250 g. envasados al vacío. De consistencia compacta y firme, color blanco nacarado-rosado y aspecto brillante,...

Bajo petición

Te presentamos una bandeja de sesitos de cordero ecológico de un peso aproximado de 250 g. envasados al vacío.

De consistencia compacta y firme, color blanco nacarado-rosado y aspecto brillante, su textura es sumamente cremosa. La delicadeza de su sabor lo convierte en un manjar que se presta fácilmente a muchas recetas.

Antes de cocinarlos debes limpiar la membrana que los recubre. Para ello, sumérgelos en un bol con agua muy fría durante unas horas; se habrán compactado debido a la baja temperatura del agua y será más fácil separar los finos capilares y retirar esa telilla.

Ahora debes blanquearlos, es decir, cocerlos durante 3 minutos en agua hirviendo con sal, laurel, unos granos de pimienta y un poquito de vinagre o zumo de limón, para que conserven su hermoso color blanco.

Ya estarán listos para congelarlos si no los deseas consumir inmediatamente, o para cocinarlos según la preparación que más te apetezca. Eso sí, una vez fríos para que hayan recuperado su textura firme y compacta.

  • Rebozados: bastará trocearlos en daditos, salpimentarlos, pasarlos por harina y huevo batido y freír en abundante aceite.
  • A la Villeroy: rebozamos los trocitos en una besamel espesa y tras pasarlos por harina, huevo y pan rallado (tipo croqueta), los hacemos frititos.
  • Empanados: cortados en laminitas y pasados por harina, huevo y panko, una vez fritos estarán deliciosos.
  • En revuelto: Fríe en un poco de aceite los sesos salpimentados, añade los huevos poco batidos y remueve hasta que se cuaje.
  • Salteados: tras freír unos ajos, incorpora los sesos troceados.
  • En buñuelos (masa a base de harina, levadura, leche, agua y yema de huevo) fritos y acompañados de salsa tártara.
  • Simplemente escalfados y servidos con mantequilla fundida, perejil y  alcaparras (desde el punto de vista nutricional no es la combinación perfecta, pero no es un alimento de consumo diario: piensa solo en el placer de saborearlos)

Tradicionalmente se han incorporado a la alimentación infantil por su alta calidad nutricional, ya que son ricos en hierro y zinc de elevada biodisponibilidad, magnesio, potasio, selenio, fósforo y vitamina B12. Tienen un elevado contenido en colesterol (2.200 mg por cada 100 g) por lo que hay que consumirlos con moderación. Su índice de saciedad es de los más altos, lo que significa que si los comes te llenarás rápidamente y limitarás las cantidades ingeridas de otros alimentos.

Se presentan en una bandeja envasada al vacío con un peso aproximado de 250 g. Puede suministrarse congelado. En ese caso te lo haremos saber.

Conservar a ≤ 3º C
Cocinar antes de su consumo

Información nutricional por 100 g

  • Valor energético 113 kcal ·
  • Grasa 8 g de las cuales saturadas 0,9 g
  • Hidratos de carbono 0 g de los cuales azúcar 0 g
  • Proteínas 10,3 g
  • Sal 0 g

 

Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.

Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.

Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.

Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.

Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.

No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.