Te presentamos una bandeja que contiene 10 croquetas (unos 400 g) de jamón elaboradas con ingredientes ecológicos y listas para cocinar.
Las croquetas de jamón son una preparación clásica de la gastronomía española, una auténtica delicia casera. Estas están ya elaboradas y listas para freír así que te ahorrarán tiempo y te garantizarán un resultado excelente en cuestión de minutos. Tienen un tamaño (unos 40 g), forma y rebozado perfectamente uniformes, lo que asegura una fritura homogénea y un resultado crujiente por fuera y cremoso por dentro.
Están elaboradas con una bechamel cremosa a base de harina, leche y mantequilla, mezclada con taquitos de jamón, que le aportan su característico sabor salado y aromático.
Las croquetas tienen su origen en la cocina francesa, donde surgen como plato de aprovechamiento de carnes y embutidos (el término croquette proviene del verbo francés croquer, que significa crujir). En España, este plato se perfeccionó y se popularizó hasta convertirse en un símbolo de la cocina de aprovechamiento, un auténtico símbolo de civilización, adaptándose con ingredientes locales como el jamón.
Las croquetas de jamón son un bocado reconfortante y lleno de sabor, suave y equilibrado: la bechamel aporta un gusto lácteo y cremoso, y el jamón, con su toque salado, redondea la mezcla.
Estas croquetas una vez cocinadas quedarán crujientes por fuera, gracias al rebozado frito, y cremosas y fundentes por dentro. El contraste entre el exterior dorado y el relleno suave es lo que hace de las croquetas una preparación irresistible.
Para conseguir unas croquetas perfectas, fríelas en abundante aceite caliente (alrededor de 180°C). Es importante que el aceite cubra por completo las croquetas para lograr un dorado uniforme. Hazlas en pequeñas tandas para evitar que el aceite pierda temperatura. Fríelas durante unos 2-3 minutos, girándolas si es necesario, hasta que estén doradas y crujientes por fuera. Retíralas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Si buscas una versión más ligera, puedes cocinarlas en una freidora de aire, rociándolas con un poco de aceite en espray o con ayuda de un cepillo de silicona. Cocínalas a 200°C durante 8-10 minutos, girándolas a la mitad del tiempo.
También pueden hornearse. Precalienta el horno a 200°C y coloca las croquetas sobre una bandeja con papel vegetal. Rocíalas con un poco de aceite para que se doren y hornéalas durante 15 minutos, girándolas a la mitad del tiempo para un acabado uniforme.
Son un alimento sabroso pero energético, por eso deben consumirse con moderación, especialmente por su alto contenido en grasas debido al rebozado y la fritura. Si optas por cocinarlas al horno o en freidora de aire reducirás el aporte de grasas y por tanto, la ingesta de calorías.
Puedes servirlas acompañadas de una salsa de pimientos asados y con unas hojas frescas de ensalada verde y tomatitos Cherry, que aportarán un toque dulce y colorido. Como aperitivo o como entrante de una comida, acompañadas con una cerveza artesana, tendrás el éxito asegurado.
Planifica tus menús. Haz tu pedido esta semana para que puedas disfrutar de tus platos favoritos la próxima.
Ingredientes
- Leche eco
- Mantequilla eco
- Harina de trigo eco
- Jamón eco
- Sal
- Huevo deshidratado eco
- Pan rallado eco
Conservar refrigerado entre 0 y 4 °C
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.