Te presentamos un queso Roquefort certificado por el Consejo Regulador de la “Apellation d’Origine Controlée” y certificado Ecológico por Ecocert (FR.BIO.01). En la pestaña PESO puedes seleccionar una cuña de 300 , 600 g ó 1,250 kg
El Roquefort es un queso mítico. Fue el primer queso en ser reconocido como Denominación de Origen Controlada en 1925. La Fromagerie Papillon, situada en el corazón del Aveyron y creada en 1906, es uno de sus productores históricos.
La leyenda dice que un pastor olvidó en una cueva su comida, pan de centeno y queso de oveja. Cuando lo encontró un tiempo después, el queso estaba cubierto de un moho verde suave y fino. Hambriento, lo probó y ¡voilá! ¡Nació Roquefort!
Este Roquefort ecológico es el resultado de un “terroir” excepcional, de una maravillosa materia prima, la leche de las ovejas Lacaune, rica y aromática que se recolecta de enero a julio y de producción ecológica. Además, guarda un pequeño secreto: una vez al año la fromagerie Papillon hace pan de centeno en su propio horno para producir el Penicillium Roqueforti indispensable para elaborar su queso. En nuestro queso, el pan de centeno se elabora con harina ecológica.
Antes de que cuaje la leche se vierten los hongos en el tanque. La cuajada se escurre en moldes cilíndricos y antes de partir a la bodega de afinado, los “panes” se perforarán con unos 40 agujeros, creando así finos conductos para que el Penicilium invada todo el queso.
Después de madurar 3 ó 4 semanas se detiene el proceso metiendo el queso en un recipiente metálico perforado que le permite respirar. Así continuará su lenta maduración durante 3 meses como mínimo.
La maduración no puede tener lugar en otro lugar que Combalou, la montaña de Roquefort-sur-Soulzon, un área de solo 60 hectáreas con un microclima especial. En sus cavidades naturales la humedad y la temperatura (9ºC) son estables gracias a unas chimeneas naturales que las conectan a la superficie.
Nuestro Roquefort eco destaca por su pasta de color blanco a marfil y por las generosas vetas de azul intenso en sus numerosas cavidades. Su aspecto es aterciopelado y su textura suave. En nariz notarás sutilmente el aroma de la leche cuajada junto con los hechizantes olores a humus, a bodega húmeda y a Penicillium. En boca su textura es rica y fundente, se derretirá en tu paladar y percibirás un delicioso sabor a sal, fuerte y potente pero equilibrado y elegante, persistente y de gran tipicidad.
Se puede servir sobre una rebanada de pan tostado de centeno, de nueces o pasas y espolvoreado con trocitos de frutos secos. En la cocina será tu aliado para crear combinaciones sutiles y delicadas y enriquecerá cualquier clase de pasta o risotto. Prueba con unos mejillones al vapor o pon Roquefort y lascas de pera sobre una rebanada de pan de nueces y caliéntalo al horno. ¡Delicioso!
Acompáñalo con un Sauternes, un Jurançon, un Monbazillac, un Oporto Vintage o un vino generoso de vendimia tardía (te recomendamos Viñas del Vero 2013). Cualquier vino dulce marida de maravilla y potenciará el sabor de este gran queso.
Unos consejos finales: saca el Roquefort al menos una hora antes de degustarlo para que su pasta se ablande y se desarrollen sus aromas. Guárdalo en el cajón de las verduras del frigo. Para conservar toda su suavidad, puedes envolverlo en su papel de aluminio o protegerlo en una caja.
Ingredientes:
- Leche cruda y entera de oveja de producción ecológica (96 %)
- Sal (3,6 %)
- Cuajo
- Fermento láctico Penicilium roqueforti
Valores nutricionales por 100 g
- Valor energético: 379 Kcal. 1572 Kj
- Proteínas: 21 g
- Hidratos de carbono: 0 g
- Grasas: 32 g de las cuales saturadas 20 g.
- Sal 3,6 g
No contiene OMG
Contienen leche y lactosa
Conservar entre 0 y 8 º C
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.