Fósforo en la carne de cerdo latón
El fósforo es el segundo mineral más abundante en el cuerpo humano. Se trata de un elemento químico esencial en todos los organismos ya que forma parte del ADN y del ARN de todas las células. También es importante en la estructura de los huesos y los dientes de los vertebrados, y forma parte de un compuesto llamado Adenín Trifosfato (ATP) que se encarga de transportar y almacenar la energía celular.
Es un mineral imprescindible para el buen funcionamiento del cuerpo y de todas sus células, aunque hay que vigilar su exceso ya que puede provocar alteraciones en el metabolismo del hueso. Lo que hay que observar es la cantidad de fósforo por cada gramo de proteína, que en una dieta sana no debería sobrepasar esta proporción: 16 mg de fósforo por cada gramo de proteína.
La carne de cerdo, incluido el jamón ibérico y el jamón cocido, tiene unos buenos niveles de fósforo, que nos ayudará a obtener la energía necesaria para el buen funcionamiento del cuerpo. Si además esta carne proviene de cerdos felices como los latones, que viven en libertad y comen bellotas y alimentos naturales, la cantidad de fósforo es ideal. Solo hay que consumir el hígado con moderación, ya que es donde se acumula más fósforo: si tienes problemas renales, esa parte del cerdo no es recomendable para tí.
Un buen solomillo o una chuleta de latón (o “chulatón”) está riquísima y además es muy beneficiosa para la salud. No solo aporta la cantidad justa de fósforo, sino que contiene las vitaminas del grupo B, los minerales como hierro y magnesio, y toda la proteína que nuestro cuerpo necesita.
Los latones crecen siguiendo su ritmo, se respetan sus ciclos naturales y alcanzan los 150 kg de peso en sus 12 meses de vida. Disponen de espacio suficiente para retozar y rebuscar en el sotobosque su alimento, y se les proporciona cobijo para los días de más frío y sombra para el verano. Todos estos factores permiten que la carne que se obtiene de estos animales tenga unas propiedades mucho mejores que las de otros cerdos.
Prueba nuestra carne de latón, esos cerdos que se crían exclusivamente en el precioso valle de La Fueva, en Huesca, y descubrirás una carne sabrosa, tierna, con la grasa infiltrada que aporta una textura inigualable. Además, ¡es sanísima!