Te presentamos un tarro de lentejas extra procedentes de agricultura ecológica y elaboradas sin componentes artificiales.
Puedes elegir uno grande de 700 ml o uno pequeño, de 325 ml.
Estas diminutas legumbres redonditas han sido parte esencial de la alimentación de muchas culturas, entre ellas la mediterránea o la india (daal), pues son una excelente fuente de proteína vegetal. Al igual que otras legumbres, las lentejas son bajas en un par de aminoácidos esenciales (metionina y cisteína), pero lo puedes solucionar fácilmente combinándolas en tu plato con cereales como el arroz o el trigo.
Pero tienen mucho más que ofrecer. Son una buen fuente de hierro y ácido fólico (toma nota si estás embarazada). Son especialmente ricas en fibra prebiótica que promueve la función digestiva y 'alimenta' las bacterias intestinales beneficiosas que son tan importantes para nuestra salud. Gracias a esta fibra son muy saciantes y nos ayudan a controlar el apetito.
Están llenas de magnesio y son buenas para los huesos por su alto contenido en calcio. Son una excelente manera de obtener los polifenoles que tu cuerpo necesita: introdúcelas en tu dieta y pronto notarás sus propiedades antioxidantes, antibacterianas, antifúngicas, antivirales, cardioprotectoras, antiinflamatorias, nefroprotectoras, antidiabéticas y anticancerígenas.
Es una pena que pese a ser uno de los alimentos más versátiles y nutritivos, la mayoría de nosotros no las comamos con regularidad porque nos da pereza cocinarlas. Por eso te las presentamos ya cocinadas y listas para consumir.
Pero ¿cómo incorporar la humilde lenteja a tu dieta sin que sepa a las papillas de la abuela?
Prepara un contundente primer plato (están genial solo con un poco de pimentón de la vera frito en aceite de oliva virgen extra eco Carnísima), úsalas como guarnición para cualquier plato, agrega las lentejas a tu ensalada fría, úsalas como sustituto de la carne en boloñesa, lasañas, tacos o burritos, o utilízala en preparaciones crujientes y galettes.
Monjardín es una empresa heredera de la sabiduría de varias generaciones de productores, que han aprendido a conocer los ritmos del territorio, su valor y su lenguaje. Protegen y respetan la tierra, que es el pulmón que da vida a muchas familias de San Adrián (Navarra), donde cultivan sus productos.
La agricultura ecológica que aplican en sus cultivos bebe de la tradición, pero incorpora nuevos conocimientos para garantizar la fertilidad del suelo respetando el ecosistema y la calidad del agua, siendo amable con la tierra y comprometiéndose con el futuro de todos.
Esta empresa familiar lleva más de 50 años haciendo conservas vegetales de alta calidad y mantiene el espíritu de sus orígenes, cuando Amalia y José embotaban personal y manualmente los productos que cultivaban: llevar los productos del campo a la mesa del consumidor presentándolos con la menor intervención posible.
Sus productos se procesan diariamente con un sistema manual y envasado ágil y preciso. El secreto para que los productos conserven el color y el sabor de lo auténtico radica en que a las pocas horas de su recogida están ya envasados.
Su elaboración tradicional se ha adaptado a los sistemas de control de calidad, de seguridad y de gestión medioambiental más exigentes. Y sus productos están certificados ecológicos (ES-ECO-025-NA).
Información nutricional por 100 g
- Valor energético 74 Kcal/ 309,8 Kj
- Grasa 0,2 g de las cuales saturadas 0 g
- Hidratos de carbono 11,4 g de los cuales azúcar 0,7 g
- Proteínas 6,3 g
- Sal 0,4 g
Ingredientes:
- Lenteja extra procedente de agricultura ecológica
- agua
- sal
- antioxidante (ácido ascórbico).
Sin glúten, sin alérgenos.
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.