Te presentamos 500 gramos de corazones de cordero ecológico envasados al vacío.
Los corazones de cordero son nutritivos, ricos en proteínas y llenos de nutrientes.
Al proceder de corderos ecológicos y criados con mimo en libertad, puedes estar seguro de que están libres de tóxicos, químicos o antibióticos.
Los corazones de cordero son extremadamente saludables y están llenos de nutrientes esenciales. Son ricos en vitaminas A, C y complejo B, así como en tiamina, zinc, manganeso, selenio y cobre. Todos estos son minerales y vitaminas esenciales que contribuyen a la salud de los órganos, la función cerebral óptima, el metabolismo eficiente y la inmunidad mejorada. Los corazones de cordero también son ricos en proteínas, que son esenciales para el crecimiento muscular y la producción de enzimas y hormonas.
Sin embargo, ten en cuenta que el corazón no es de ninguna manera una fuente de alimento completa ni tradicionalmente equilibrada, ya que son relativamente grasos y ricos en colesterol.
Conservar a ≤ 4º C
Cocinar antes de su consumo.
Vacuno nacido, engordado, sacrificado y despiece en España.
Puede suministrarse congelado, pues la vida útil del corazón es muy corta. En ese caso te lo haremos saber.
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.