Te presentamos un bote de flor de sal ecológica de 300 g.
Tiene una textura suave, un aspecto suelto, limpio y cristalino y una blancura inigualable. Es una sal muy ligera y se parte con facilidad. Es muy baja en sodio y bastante rica en yodo, calcio, flúor o magnesio. Es la más apreciada desde el punto de vista gastronómico y tiene el sabor único de las aguas del Atlántico.
En el Paraje Natural Marismas de Isla Cristina se encuentran las Salinas del Alemán, las únicas salinas marinas que han mantenido la producción artesana. La marea alta trae a las balsas una capa de agua de mar poco profunda, que gracias a unas condiciones meteorológicas de altas temperaturas, suave viento y escasas precipitaciones, se evaporará poco a poco, permitiendo así recuperar los compuestos disueltos en el agua del mar.
Cuando las pozas están casi llenas de sal, y antes de ser vaciadas, en la superficie aparece flotando la delicada ‘Flor de sal’, que se recolectará al amanecer y en días con poco viento, antes de que se precipite al fondo.
La extracción de la sal se inicia a finales de la primavera y, a lo largo del año, se pueden hacer entre tres y cuatro “sacadas de sal”, hasta que bajan las temperaturas o llegan las primeras lluvias del otoño que impiden ya la evaporación.
Recuerda que se trata de trata de sal pura, que no ha sido sometida a irradiación, ni tratada con aditivos o antipelmazantes, conservantes o blanqueantes.
Está libre de microplásticos y metales pesados. Se recolecta con útiles de madera y corcho y su packaging es 100% reciclable.
Análisis y características químicas:
- Nitrógeno total 7,7 mg/kg
- Cloruro sódico 95,60 %
- Calcio < 0,1%
- Humedad 8 %
- Magnesio 0,91%
- Magnesio (MgO) 1,50 %
Este productor está certificado ecológico por el CAAE con el número 29961.
Consérvala en un lugar fresco y seco, protegido de la luz solar.
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.