Te presentamos un paquete de 500 gramos de grasa de ternera de pasto ecológica envasada al vacío. Lista para consumir o congelar.
La grasa de la carne de los rumiantes tiene infinidad de usos culinarios. Concretamente el sebo de vacuno es ampliamente utilizado para enriquecer los rellenos de empanadas, masas y en la repostería de todo el mundo. Prueba la grasa de nuestra ternera de pasto y saborearás en primera persona los deliciosos matices que aporta a tus platos.
Ten en cuenta que la grasa de carne de pasto es un producto muy limitado, principalmente por dos razones: hay muy pocos ejemplares disponibles criados en un marco de producción 100% hierba fresca y además en ecológico; y porque cada ternera, debido a su saludable estilo de vida en contextos de semilibertad, genera menor cantidad de grasa que un animal con cría convencional en el que ha recibido aporte de piensos con cereales.
A nivel organoléptico, verás que la grasa de la carne de pasto tiene también algunas diferencias en el color respecto a la ecológica de no pasto y muchísimo más respecto a la convencional, que es blanquecina. La grasa de pasto tiene un color más intenso, desde un tono crema en los ejemplares más jóvenes a un tono amarillo mucho más oscuro Esto se debe a que está cargada de sustancias beneficiosas para tu salud.
Vacuno nacido, engordado, sacrificado y despiece en España
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.