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Descubre nuestra carne de cerdo sin medicalizar

En Carnísima ponemos a tu alcance una deliciosa carne de cerdo criado en la Granja de l’Albeitar (Aínsa, Huesca) especialistas en bioseguridad. ¿Quieres saber qué la hace tan especial? Sigue leyendo y lo descubrirás.

Grupos burbuja con los cerdos

En la Granja de l’Albeitar, situada en Aínsa (Huesca), se toman muy en serio tanto la seguridad sanitaria de sus cerdos como la salud de las personas que consumen su carne. En esta granja han criado cerdos desde hace generaciones, pero los más recientes granjeros han decidido dar un paso importante en el progreso de la agrosanidad.

Se preguntaron si sería posible mantener una granja de cerdos libre de enfermedades y de medicamentos a la vez. Sus investigaciones han conseguido su objetivo y ahora crían más de 200 cerdas en grupos burbuja que no se mezclan, cada grupo en una fase distinta de la reproducción y crecimiento, y todos ellos libres de cualquier medicación, incluidas vacunas.

Aunque ahora conceptos como “grupo burbuja” y “vacío sanitario”, nos parecen familiares y los relacionamos con la pandemia de COVID-19, en l’Albeitar hace tiempo que los llevan a la práctica con total éxito.

El vacío sanitario que practican en esta granja porcina se basa en tratar a 30 cerdas hermanas como grupos burbuja, que viven en salas independientes de las demás.

La granja dispone de 16 salas en las que se llevan a cabo fases distintas de la cría de los cerdos. En la primera semana, un grupo burbuja entra en la sala de cubrición y se quedan allí la semana de las cubriciones más 3 semanas más hasta que se hacen las ecografías. Las que están preñadas se pasan a otra sala llamada de gestación definitiva. La sala de cubriciones queda vacía y se limpia con agua a presión, sin jabones ni desinfectantes. Tras 7 días de vacío sanitario, esa sala se puede volver a usar para las cubriciones de la siguiente burbuja.

Tras los casi 4 meses de embarazo en la sala de gestación, las cerdas pasan a la maternidad. Con la sala de gestación se repite el proceso de limpieza y vacío sanitario. En la maternidad estarán una semana pre-parto, y cuatro semanas de lactación, que acaban en el destete. Tras el destete, la sala vuelve a quedar vacía, y se limpia, y permanecerá vacía otra semana más, hasta el destete del siguiente grupo burbuja.

Cuando se destetan los lechones las madres vuelven a la sala de cubriciones y los lechones van a la sala de transición donde pasarán 5 semanas. Este es un momento crucial en el desarrollo de los cerditos ya que pueden padecer afecciones intestinales. Tras esas 5 semanas se pasarán al cebadero y la  sala de transición se lavará y dejará vacía una semana a la espera del siguiente destete.

En el cebadero, se repite el proceso: entran en sala limpia, pasan los meses hasta que alcanzan los 110 kilos de peso vivo, y se venden al matadero. La sala vacía se lava y se practica el vacío sanitario durante una semana a la espera del siguiente paso a cebadero desde la transición.

Así, en un ambiente limpio, frío y seco, las bacterias que podían proliferar antes en el entorno cálido y húmedo que les proporcionaban los animales, mueren.

A fin de minimizar el peligro y evitar contactos del exterior que puedan introducir en el entorno seguro de la granja elementos patógenos, no se permite la entrada a nadie en el recinto, a excepción del veterinario, que accede con calzado especial proporcionado por los granjeros. Los camiones que traen los alimentos para los animales descargan en el exterior del vallado perimetral. Tampoco entran animales de otras granjas: las actuales madres, son hijas y nietas de las primeras cerdas con las que se inició este sistema de trabajo

Carne sin medicalizar

Las nuevas instalaciones de la Granja l’Albeitar, con unos importantes controles de ventilación y calefacción, junto a este estricto sistema de vacío sanitario, permiten que los lechones crezcan sanos sin necesitar antibióticos ni ninguna otra medicación de carácter preventivo. Los cerditos se alimentan de la leche materna durante un mes, y así, reciben las defensas naturales de sus madres, lo que contribuye a que tengan un sistema inmunitario fuerte. El mismo concepto que ahora se promueve en la sanidad pública, de favorecer la alimentación de los bebés con leche materna para aumentar su protección frente a infecciones, se aplica en esta granja con los lechones. Así, cuando llega el momento del destete, siguen estando fuertes y sanos.

Pero hay más: para afrontar el crítico paso de la leche materna al pienso seco, que en los lechones provoca problemas intestinales muy graves, se les administra un pienso fermentado a base de leche materna enriquecida con estos microorganismos que les inmunizará y evitará este trastorno y, en consecuencia, la medicalización de los lechoncitos.

Este pienso especial se empezó a usar al formar parte de un estudio publicado el 31 de mayo de 2021 llevado a cabo por la Universidad Complutense de Madrid en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Concluyen que esta sustitución de los agentes antimicrobianos de pienso o agua (antibióticos y óxido de zinc), que suele usarse en las granjas convencionales, por un pienso fermentado inoculado con unas bacterias obtenidas de la leche de una de sus cerditas reduce notablemente la resistencia a los antibióticos de las bacterias de estos cerdos. Además, la flora intestinal mejora sustancialmente, con unos mejores niveles de clostridios y de ácidos grasos de cadena corta.

Esto provoca una mejora en la productividad de la granja, ya que los lechones aprovechan mejor la alimentación exclusivamente vegetal que reciben. Tras el destete comerán cereales y leguminosas (maíz, soja, trigo y cebada) siguiendo una fórmula que ya usaban las primeras generaciones de granjeros de l’Albeitar, independientemente del precio de mercado o de la disponibilidad de un grano u otro. Siempre lo obtienen de los proveedores más cercanos a la granja, promoviendo así el comercio de cercanía.

Con este método se obtiene una carne sin resto alguno de tóxicos, aditivos químicos ni medicamentos de síntesis. Por eso, esta carne es mucho más saludable para el consumidor final que la que se produce en granjas intensivas.

Los cerdos se sacrifican al alcanzar los 110 kg por cerdo. Este peso, en granjas convencionales, se consigue tras un engorde de 180 días o más. En cambio, gracias a la alimentación natural y sin medicalizar, que favorece un mejor tracto intestinal y un mejor aprovechamiento del alimento, en l’Albeitar sacrifican sus cerdos con más de 100 kg cuando tienen algo menos de 6 meses. Estos cerdos han conseguido incorporar en su carne muchos más nutrientes y oligoelementos beneficiosos para nuestra salud en menos tiempo que los cerdos industriales, que son más propensos a los problemas intestinales y a las enfermedades, lo que obliga a sus granjeros a medicarlos.

Todas estas innovaciones y técnicas se notan en el producto final. La carne de cerdo sin medicalizar es sabrosa y tiene una consistencia y un color distintos a los del cerdo industrial. Además, los análisis de la composición de esta carne demuestran que tiene poca grasa, muy infiltrada y con una buena proporción de ácidos grasos insaturados, lo que previene los problemas cardiovasculares en las personas. Su nivel de vitaminas, proteínas y minerales como el hierro, el potasio, el zinc, el fósforo, el sodio y el magnesio son mucho mejores que en la carne de otro tipo de cerdos.

Cortes del cerdo

En Carnísima te ofrecemos todos los cortes del cerdo. Ya se sabe que, del cerdo, se aprovechan ¡hasta los andares!

Puedes elegir el tradicional lomo, el excelente solomillo, los filetes de aguja o los típicos escalopes que obtenemos de las patas del cerdo. Con cualquiera de ellos se pueden preparar ricos platos acompañados de verduras, empanados o simplemente a la plancha.

Si vas a organizar una barbacoa con familiares o amigos, te ofrecemos chuletas, panceta o churrasco, y también puedes añadir unas longanizas que elaboramos sin conservantes. Al no llevar conservantes, deberás congelarlas enseguida si quieres conservarlas largo tiempo. Recuerda que toda esta carne queda mejor si antes de cocinarla la dejas fuera de la nevera para que se oree.

También tenemos otras presentaciones de carne de cerdo sin medicalizar para que prepares una lasaña o un buen guiso: carne picada, costilla, salteado... Estos cortes son muy versátiles y pueden usarse solo para condimentar un plato de cocido, para rellenar unas verduras o para tener un estofado en el que la carne de cerdo sea el ingrediente principal. Las carrilleras que te ofrecemos son una buena opción para disfrutar de un plato siempre rico.

Tus hijos disfrutarán de lo lindo con unas salchichas sin conservantes (solo con sal y pimienta) acompañadas con salsa de tomate o con patatas fritas.

Aunque se recomienda el consumo de carne de cerdo con moderación, nuestra carne de l’Albeitar sin medicalizar tiene unas características nutricionales que permiten un consumo normal. Nuestra salud se beneficiará de una carne libre de antibióticos, sustancias químicas y exceso de grasa, que tiene unos buenos niveles de nutrientes necesarios para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.

Por todo eso, la carne de cerdo sin medicalizar que encontrarás en Carnísima no sólo es buenísima, además, ¡es sanísima! 

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