Te presentamos una pierna entera de ternasco premium marcada para asar al horno, con un peso de 1,8 kg y envasada al vacío.
En Aragón llamamos ternascos a los corderos de 3 meses, unos 10-12 k de peso y alimentados con leche materna y cereales naturales y pasto. Es una carne tierna, de sabor equilibrado e intenso e inconfundiblemente sabrosa para quien ya la ha probado.
La pierna es la pata trasera del cordero. Tiene más cantidad de carne que la paletilla y esta es más compacta. Su contenido en grasa es muy inferior al de otros corderos, (contiene la mitad para ser exactos, de grasas saturadas), lo que la convierte en una carne cardiosaludable. Tiene un contenido muy bajo en colesterol, gran cantidad de proteínas, vitaminas B6 y B12 y potasio, niacina, selenio, fósforo y zinc.
Te presentamos la pierna marcada para que la puedas asar al horno con la receta tradicional de ternasco de Aragón, o si lo prefieres, con pimientos, chalotas, toda clase de verduras y hortalizas o la guarnición que desees. Tu comida especial para un domingo o un día festivo será todo un éxito.
Conservar a ≤ 4º C
Cocinar antes de su consumo
Peso medio aproximado 1, 8 kg.
Información nutricional por 100 g
- Valor energético 170 kcal 711,28 kj
- Grasa 11,8 g de las cuales saturadas 5,05 g
- Hidratos de carbono 0 g de los cuales azúcar 0 g
- Proteínas 17,90 g
- Sal 0 g
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.