Nuestra cabeza de cerdo latón pesa entre 5 y 6 Kg, dependiendo del ejemplar. Te la servimos envasada al vacío partida en dos mitades o a trocitos de unos 10 centímetros.
La cabeza de cerdo es una pieza tersa y muy sabrosa. Y tiene morro, oreja, papada, careta, carrilleras... todo lo que necesitas para preparar un buen cocido, una deliciosa terrina o para disfrutar de su crujiente textura a la brasa.
Si quieres disfrutar de un delicado Fromage de tête de porc ponte manos a la obra ya. Aquí te dejamos la receta de esta suculenta terrina típicamente francesa.
Además de la cabeza no te vendrán mal un pie de ternera y unas manitas de cerdo. También necesitarás cebollas, zanahorias, chalotas, puerro, ajo, un buen vino blanco seco tipo riesling, perejil, tomillo, laurel, sal y especias (nuez moscada, clavo y pimienta). Cocina las verduras y la carne con el vino y agua hasta que se cubran, durante dos horas a fuego lento. Sabrás que la carne está cocida cuando los huesos se desprendan fácilmente. Deshuesa y reserva la carne. Filtra el caldo y redúcelo a la mitad. Coloca la carne en las terrinas y deja que se enfríe en el frigorífico unas 24 horas. La gelatina habrá cuajado y disfrutarás de una maravillosa charcutería sana y hecha en casa con ingredientes saludables, durante al menos 7 días (si no te la terminas antes, claro)
Conservar a ≤ 8º C
Cocinar antes de su consumo
Información nutricional por 100 g
- Valor energético 201 kcal 840,984 kj
- Grasa 15 g de las cuales saturadas 8,9 g
- Hidratos de carbono 0,5 g de los cuales azúcar 0 g
- Proteínas 16 g
- Sal 0 g
Si quieres saber todo sobre la crianza de nuestros cerdos de latón pincha en este enlace Ganadería Borruel Salinas
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.