Te presentamos huesos de tuétano de nuestras terneras Premium de un peso aproximado de 500 gramos envasados al vacío. En el selector CORTE puedes escoger formato CANOA o CILINDRO.
El tuétano, aunque todavía desconocido para muchos, ha sido un alimento clave en la cocina tradicional durante siglos y recientemente ha resurgido como un tesoro culinario en la alta gastronomía. Esta sustancia de color blanquecino, alojada en el interior de los huesos, es rica en grasas (alrededor del 90%), lo que le confiere una textura cremosa y untuosa, ideal para untar y disfrutar. Su sabor, profundo e intenso, es una experiencia deliciosa que no deja indiferente a quienes lo prueban.
Su preparación no podría ser más sencilla. Basta con remojar los huesos de tuétano durante unos 45 minutos, escurrirlos y asarlos en el horno a 175 ºC durante 15-20 minutos. Si los huesos son más gruesos, necesitarán un poco más de tiempo. Una vez cocido, el tuétano se sirve untado sobre pan tostado con un toque de escamas de sal, una combinación gloriosa de sabor y textura.
Los huesos de tuétano también pueden enriquecer caldos y sopas, aportando una profundidad de sabor incomparable.
El tuétano no solo es un manjar exquisito, sino también un alimento altamente nutritivo. Es rico en vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales como el omega 3, conocido por sus beneficios para la salud cognitiva y el desarrollo del cerebro. Además, su consumo contribuye a fortalecer el sistema inmunológico, favorece la salud cardiovascular y puede ayudar a prevenir problemas como la demencia, enfermedades de la vista, depresión e incluso ciertos tipos de cáncer.
Conservar a ≤ 4º C
Cocinar antes de su consumo
Peso neto aproximado: 500 g
Vacuno nacido, engordado, sacrificado y despiece en España
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.
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