Te preparamos 500 gramos de costilla cortada en trocitos pequeños, a menos que nos indiques otra cosa.
Puedes seleccionar tu preferencia en el desplegable CORTE:
- a trocitos
- pieza entera
- costilla entera individual.
También puedes hacerlo en el apartado "instrucciones especiales para el vendedor" que podrás rellenar en la pantalla de pago. Si quieres la pieza entera para asarla a la barbacoa o al horno, no olvides indicarlo.
La costilla de cerdo es un corte con un sabor extraordinario y una gran jugosidad. Adobado previamente para potenciar su sabor, se convierte en la pieza estrella de las barbacoas, pero hay otros muchos modos de prepararlo: en taquitos adobados y fritos, asadas al horno o guisadas. Las posibilidades son infinitas.
El sabor, consistencia, color y olor de esta carne tienen poco que ver con la carne de cerdo industrial, ya que estos animales se han criado al aire libre y no han recibido tratamientos preventivos con antibióticos ni hormonas. Es carne de ecológico, limpia y saludable.
Conservar a ≤ 4º C
Cocinar antes de su consumo
Información nutricional por 100 g
- Valor energético 281 kcal 1176,49 kj
- Grasa 23,6 g de las cuales saturadas 8,9 g
- Hidratos de carbono 0 g de los cuales azúcar 0 g
- Proteínas 17,10 g
- Sal 0 g
Si quieres saber todo sobre la crianza de nuestros cerdos Eco pincha en este enlace Masía Tero.
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.