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Costilla churrasco de vaca Eco

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Sin stock
Te presentamos costilla de vaca ecológica envasada al vacío. En la pestaña PESO puedes seleccionar si deseas un paquete de 500 g., de 1 kg  ó 2 kg. En la pestaña CORTE...

Bajo petición

Te presentamos costilla de vaca ecológica envasada al vacío.

En la pestaña PESO puedes seleccionar si deseas un paquete de 500 g., de 1 kg  ó 2 kg.

En la pestaña CORTE puedes elegir si deseas

  • TACOS GRANDES de unos 6 cm de anchura
  • CHURRASCO, un corte transversal de unos 2-3 cm de grosor,
  • COSTILLA EN TIRAS, cortadas longitudinalmente.

Las costillas tienen una carne sabrosa porque se encuentra cerca de los huesos. Están recubiertas de una capa de músculos y de grasa, más o menos abundante dependiendo de la zona de la placa costal de la que proceden (delantera o trasera).
Es un corte que contiene fibra larga, así que es excelente cocida, desmenuzada y servida templada o fría para preparar deliciosas ensaladas o sándwiches.
Las costillas se utilizan principalmente para hacer caldos y guisos a fuego lento, cocidos durante mucho tiempo en una gran cantidad de líquido. Para esto te recomendamos el corte a tacos. Coloca las carnes en agua fría con una guarnición aromática, y continua cocinándolas durante 3 horas como mínimo muy lentamente. Se tarda aproximadamente entre 3 y 4 horas de cocción en cazuela tradicional y de 1 hora 30 minutos a 2 horas en olla a presión.
La costilla también se puede cocinar en el horno o a la barbacoa. En ese caso te recomendamos las costillas enteras (corte longitudinal) o el churrasco (corte transversal). Son los cortes ideales para aquellos que aprecian una experiencia carnívora completa, con el equilibrio perfecto entre intensidad de sabor y jugosidad. En el horno necesitará casi 3 horas para convertirse en una carne perfectamente cocinada y húmeda. Para cocinar a la parrilla, lo mejor es dejar marinar la carne, entera o cortada en trozos, durante varias horas en un lugar fresco con una mezcla de ketchup y especias, aceite de oliva y hierbas aromáticas, antes de cocinarla sobre brasas no demasiado intensas. Guarniciones como puré de patatas, vegetales asados, o salsas ricas pueden realzar la experiencia.

Para que te hagas una idea necesitarás entre 250 y 300 g de carne con hueso por comensal.

Al tratarse de carne de vaca, un animal adulto de más de 4 años, encontrarás en estas preparaciones un sabor más robusto, profundo y complejo que el de la ternera. Tiene el grado de infiltración necesario para que estas vetas finas de grasa mejoren su terneza y enriquezcan su sabor. El proceso de maduración controlada mejora todavía más su terneza y redondea la experiencia de degustación.
La costilla de ternera es una fuente rica en proteínas, hierro y otros nutrientes esenciales. Pero tiene abundante grasa. Si la guisas podrás desgrasar el caldo. Bien cocida a la parrilla, lograrás que buena parte de la grasa desaparezca y la restante se infiltre en la fibra de la carne mejorando su sabor. Debido a su contenido en grasa, consume costillas esporádicamente.

Conservar a ≤ 4º C
Cocinar antes de su consumo

Información nutricional por 100 g
• Valor energético 226 kcal ·946 kj
• Grasa 14,7 g de las cuales saturadas 5,7 g
• Hidratos de carbono 0.6 g de los cuales azúcar 0 g
• Proteínas 22 g
• Sal 0 g
En este enlace te explicamos cómo se cría nuestro ganado ecológico

Ganadería ecológica de Reyes Buil

    Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.

    Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.

    Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.

    Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.

    Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.

    No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.