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Solomillo de Ternera Eco pasto Lechal

€33,00

Disponibilidad:
Sin stock
Te presentamos solomillo de ternera ecológica de pasto lechal sin cortar y envasado al vacío. Estos solomillos son de pequeño tamaño debido a la corta edad del ejemplar (de 7 a...

Bajo petición

Te presentamos solomillo de ternera ecológica de pasto lechal sin cortar y envasado al vacío. Estos solomillos son de pequeño tamaño debido a la corta edad del ejemplar (de 7 a 9 meses) y por ese motivo te lo presentamos entero. Así tú decides el grosor de los medallones en virtud de la preparación que vayas a realizar.

En la pestaña PESO puedes seleccionar si deseas 500 g o una pieza de 1 kg.

Esta carne de vacuno criado en ecológico es algo diferente a todo cuanto has probado  hasta ahora y lo que lo hace realmente especial, es que es carne 100% de pasto.

El solomillo es una pieza que se extrae de la parte lumbar, encima de los riñones y debajo del lomo; de ahí el nombre de so-lomillo. Solo en la ternera o el cerdo este músculo es lo suficientemente grande como para poder separarlo. Apenas trabaja, por lo que es el  corte  más tierno y uno de los más magros. Quizá por eso es la pieza más apreciada.

Tiene forma cónica, de modo que un extremo es grueso (llamado Chateaubriand) y otro termina en punta (el filet mignon); el resto de la pieza (la parte intermedia) se denomina tournedos.

El extremo grande o chateaubriand, grueso y compacto, da  nombre a un plato de la gastronomía francesa en el que, una vez asado a la plancha o a la parrilla y no demasiado tiempo, se le añade una salsa cremosa llamada chateaubriand. El corte tiene entre 3 y 4 cm de grosor; su diámetro dependerá de la parte de la que cortemos, pero como mínimo será una buena porción de al menos 500 g.

El tournedos es el filete perfectamente cilíndrico del centro del solomillo. Tiene un diámetro de unos 6-8 cm y se corta con un grosor de 3-5, de modo que la ración resultante pesa unos 150 g. Además de a la plancha, acompañado de todo tipo de salsas y guarniciones, es habitual prepararlo alabardado, es decir, envuelto en una fina loncha de panceta que le aporta jugosidad y evita que se dore en exceso.

La punta o filet mignon es la ideal para picar y elaborar steak tartar, porque seguramente es la parte más tierna del solomillo (no en vano se llama terderloin en inglés). También puede asarse a la parrilla o a la plancha cortándolo longitudinalmente.

Como ves, cualquiera de estas piezas admite una preparación sencilla a la plancha, acompañada de una salsa de setas, al pedro Ximenez, al whiski, al queso, o frutal. Sobre un milhojas de manzana aportará un delicioso contraste dulce. Con foie en virutas pasará a otra categoría gastronómica. Y si eres un as de la cocina seguro que dejarás a tus invitados asombrados con el famoso solomillo Wellington, envuelto en hojandre, con aromas de  hongos, foie y mostaza.

Conservar a ≤ 8º C
Cocinar antes de su consumo

Información nutricional por 100 g

  • Valor energético 131 kcal ·548 kj
  • Grasa 5,4 g de las cuales saturadas 2,1 g
  • Hidratos de carbono 0 g de los cuales azúcar 0 g
  • Proteínas 20,7 g
  • Sal 0 g

Vacuno nacido, engordado, sacrificado y despiece en España

En este enlace te explicamos cómo se cría nuestro ganado ecológico de la ganadería Reyes Buil (Aínsa)

 

Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.

Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.

Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.

Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.

Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.

No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.