Te presentamos 1 k de carne picada de ternera premium, envasada en 2 paquetes de 500 gramos.
No contiene sal, ni pimienta, ni por supuesto ningún tipo de conservante o aditivo. Es solo carne de la mejor calidad. Aquí no hay ni almidones, ni fibras, ni soja, ni sulfitos, ni conservantes, ni colorantes.
La carne picada es un ingrediente fantástico porque se adapta a multitud de recetas para todos los gustos. Además de permitirte preparar tus propias hamburguesas o albóndigas, es el relleno básico de unos buenos canelones, una lasaña o una empanada de carne.
Unas berenjenas, calabacines, champiñones o patatas rellenas pueden ser también el plato ideal para completar un menú nutritivo y equilibrado.
Ingredientes Carne de ternera premium
Conservar a ≤ 8º C
Cocinar antes de su consumo
Peso neto aproximado: 1 kg en dos paquetes de 500 g
Información nutricional por 100 g
- Valor energético 256 kcal ·1071 kj
- Grasa 19 g de las cuales saturadas 8,51 g
- Hidratos de carbono 0 g de los cuales azúcar 0 g
- Proteínas 16,7 g
- Porcentaje de gasa inferior a 20%
- Relación colágeno/proteínas inferior a 15%
Vacuno nacido, engordado, sacrificado y despiece en España
Esta carne de vacuno proviene de la ganadería Ricardo Buil. En este enlace encontrarás toda la información acerca de su manejo.
Te enviamos nuestra Carne Buenísima envasada al vacío en paquetitos del peso indicado en la descripción del artículo.
Te recomendamos sacarla del frigorífico entre 20 minutos y una hora antes de cocinarla (dependerá del grosor del corte), para que se atempere y se cocine uniformemente.
Si la has congelado, sácala al menos 24 horas antes de cocinarla y deja que se descongele poco a poco en el frigorífico.
Toda nuestra carne es fresca. Puedes congelar lo que no vayas a consumir de inmediato.
Únicamente podríamos servirte ultracongelado el hígado u otras vísceras, debido a su corta vida útil. Te explicamos esta posibilidad en la descripción del artículo. En ese caso te informaremos para que lo tengas en cuenta.
No laves la carne ya que agua es un vehículo perfecto para facilitar la expansión de los microorganismos y podrías contaminar los alimentos. La mejor forma de higienizarla es el calor: cocínala siempre por encima de unos 65ºC. Si quieres consumirla en crudo te aconsejamos congelarla previamente.